Rafael Melgoza

Ya estoy con Nuestro Señor, querido míos. ¡Oh, que felicidad tan luminosa! Hay alegría perfecta y belleza, en esta encendida eternidad. Todo el dolor y aflicción acabo. No se apenen por mí, estoy feliz cada inquietud ya hecha, paso.

Estoy ahora en paz para siempre.

Seguro estoy en el cielo por fin hagan y disfruten de sus vidas.

Háganlo ahora. mientras vida tengan descansaran un día también con Dios. Cuando se cumplan sus deberes, los llamara suavemente Dios a su hogar,

¡Oh, qué alegría de verlos aquí!

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